Cuando hablamos de Biotecnología, solemos considerar a ésta según la definición propuesta por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que recoge el Informe del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) que podéis encontrar
aquí:
"La Biotecnología es la aplicación de la ciencia y la tecnología a los organismos vivos, así como a partes, productos y modelos de los mismos, para alterar materiales vivos o no, con el fin de producir conocimientos, bienes o servicios"

Como bien nos suele recordar Bernardo Herradón, "
todo es química", y ante anuncios donde anteponen lo "químico a lo natural", es bueno dejarse de
magufadas, y ver la contribución de esta gran ciencia a nuestra rutina diaria. Pero si algo que siempre me ha sorprendido, en concreto en el sector farmacéutico donde trabajo, es la separación total de la contribución química y biotecnológica a la investigación y desarrollo de productos. Mientras que el origen de fármacos mediante síntesis química sigue teniendo una relevancia fundamental, poco a poco la importancia de la Biotecnología se va haciendo eco entre las llamadas
big pharma. Y en lugar de aunar ambos esfuerzos (lo que se hace en ocasiones cuando se desarrollan producen mediante semisíntesis química y biológica), parece que ambas ramas científicas siguen caminos totalmente separados.
Debido a esto me pregunté, ¿cuál podría ser la aportación del
nuevo, pequeño pero emergente sector de la Biotecnología a la potente industria química? De forma específica en el sector farmacéutico, podéis encontrar un muy buen artículo publicado en Science
aquí. Pero de forma generalista, sin duda los biotecnólogos tenemos bastante que decir en el ámbito de la Química.
Biomateriales de altas prestaciones y nanocomposites
El desarrollo de nuevos materiales poliméricos a partir de vegetales, microorganismos o bioprocesos podría permitir nuevos sistemas de administración de fármacos que actuaran de manera controlada, biodegradable y no tóxica, de forma que no tendrían que suministrarse tan elevadas dosis de medicamentos como hasta ahora. También podríamos conseguir nuevos materiales, que sirvieran en la construcción de edificios, aviones, recubrimientos, con el objetivo de conseguir edificaciones más sostenibles. Otro ejemplo de uso de estos nuevos biomateriales se centra en el área de la ingeniería de tejidos, para conseguir mejores apósitos cicatrizantes e incluso órganos híbridos artificiales con una potente utilización en transplantes.
Biorrefinerías integradas
Utilizando las potentes enzimas de hongos como
Trichoderma podemos aprovechar las fuentes lignocelulósicas vegetales en la producción de biocombustibles. Utilizando
pretratamientos biológicos podemos separar eficientemente la lignina y convertir la hemicelulosa en azúcares fermentables, entre otras actividades.
Producción de químicos en masa
A pesar de que solemos considerar la Biotecnología como una "ciencia nueva", lo cierto es que las fermentaciones tradicionales son ejemplos clásicos de procesos biotecnológicos. La industria de la Biotecnología blanca puede producir desde antibióticos a enzimas, pasando por aminoácidos y vitaminas, con importantísimo impacto en nuestra salud, alimentación (busquen de dónde procede el
ácido cítrico de los zumos envasados) y limpieza (los
detergentes que usamos a diario tienen un origen biotecnológico, al contener enzimas).
Otro ejemplo del uso de la Biotecnología en la Industria Química se encuentra en la producción de los famosos
bioplásticos. Estos entran dentro del apartado de biomateriales, al tratarse de polímeros que proceden de diversas rutas metabólicas, y pueden ser originados a partir de bacterias como las del género
Pseudomonas o
Azotobacter.
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Bioplásticos (polihidroxibutirato o PHB) originados a partir de cultivos bacterianos de Azotobacter. Fuente. |
Para conocer un poco más el pipeline de productos que la Biotecnología puede aportar a la Química, podéis consultar
aquí la oferta española en bioproductos, bioprocesos, nuevos combustibles y tecnologías que recopiló la Asociación Española de Bioempresas (
ASEBIO) en 2012.